Entrega tu sangre
bajo el vestigio
del sol
Mira lo que corremos
endúlzate el cuerpo
con rosas pardas
¿Qué se hizo de tu espada?
Perdiste el silencio
sin poder perderlo
en ti
Un ave explota en el alba
sin temor al viento
en la ventana ancestral
El onírico descanso
fue tu consuelo
de medianoche
Las nubes escriben su mensaje
Toda tu melancolía
toda tu nada
en calma
Fuelles solitarios
claman el ardid
de una mujer en celo
La cadencia estival
alucina un espanto
sin precedentes
¿Hacia dónde fue tu diosa-luz?
El arcángel se cansó hoy
de la aridez eterna
del cielo
El viaje
un lugar enclavado
en tu ojo
Tu sangre
no es más que un olvido
con pereza
Nueve penas por cada brisa
Dejas tu silencio
más espurio que nunca
a través de una puerta
Tu efigie de cuarzo
empapada en sombras
amarillas
Oyes el canto áureo
de tu somnolencia
en un cofre perpetuo
Recorres la caverna-mente ociosa
Se ilumina el pasaje
antiguo filón
del alma
Una lanza
otrora la apacible candidez
de un niño
Bosques olvidados
los tormentos son más frecuentes
allí
¿Quién olvido su cariño en ti?
Apoteosis de una vida
que ha dejado de ser
por siempre
Recuéstate
en la gran penumbra
de una vela
Me gustó esto, eh.
La poesía siempre se agradece.
Agua.